Tiempo de calçots, tiempo de encuentros al aire libre entre amigos al olor de las brasas, de buenos momentos.
Lo cierto es que con todos los amigos o conocidos de fuera de Cataluña que he comentado el tema de las calçotadas, y que en algún momento han vivido en esas tierras, me confiesan que una de las cosas que mas echan de menos en esta época del año, son las calçotadas.
Para mi hasta hace una semana tan solo era un deseo... un deseo que se vio cumplido gracia a mi amiga Nani de "La cuina violeta".
y a Ivo, un "payés" de lujo.
Ahora ya se lo que es una calçotada y porque mis amigos las recordaban con tan buen regusto.
Para los pocos que desconozcais las calçotadas, os cuento que se trata de una fiesta gastronómica Catalana, que se celebra en el campo, tradicionalmente en torno a una reunión de amigos o familiares. Son originarias de Valls, en la comarca del Alt Camp (Tarragona), y se llevan a cabo durante el final del invierno y comienzos de la primavera.
Se trata de asar directamente sobre la llama viva del sarmiento los calçots, una variedad de cebolletas frescas, especialmente cultivada para este propósito, de sabor suave, jugosa y tierna en textura.
Gracias a mi amiga Nani y a Ivo, tuve la suerte de probar por primera vez los calçots, y no solo eso, sino el placer de disfrutar de una calçotada en toda regla bajo el suave sol mediterraneo de Febrero, eso si con el ritual completo de extraer los calçots de la tierra, asarlos y degustarlos con el consabido "babero" y salsa, en la inmejorable compañía de unos amigos.
Ojo chicos, "hamaiketako" incluido, con buen vermouth catalán de apellido vasco, y unas buenas arbequinas..., que a Nani no se le escapa detalle.
Momentos como este no tienen precio. Gracias Nani e Ivo.
VIRGINIA.
En el momento que hay una calçotada en tu vida, habrá muchas más. Recuérdalo!
ResponderEliminarGraaaande!
Bonita publicación. a mi me encantan las calçotadas incluso las hago en casa pero como vivo en un piso los hago en el horno quitándoles la piels de fuera que lleva tierra, el romesco también casero y nos ponemos las botas.
ResponderEliminarMuy bonitas las fotos también.
*Pilar*
Una entrada muy bonita. Me encantan las calçotas, estar rodeada de gente que quieres y comer en unos buenos calçots con la salsa romesco. Mmmm...este año todavia no he hecho ninguna pero espero no tardar mucho!
ResponderEliminarBesoss
¡Una entrada preciosa! Si las calçotadas son un momento importante del año, para nosotros siempre sabe a primavera cerquita con el dulce sol de esas tierras :o)¡¡¡Qué envidia!!!!!
ResponderEliminarBesos,
Palmira
Mi mejor amigo vive en Tarragona y tuve el placer hace unos años de ir a visitarle en esta época y disfrutar de una calçotada... ¡Me enamoré de la salsa romescu! Qué rico todo.
ResponderEliminarUn besote!
Mi suegra fue la que me inicio en el mundo de la calçotada y la verda que ahora soy adicta. Es todo un ritual. Como bien dices, es increible, solecito, brasas, amigos y risas aseguradas.
ResponderEliminarYo stoy desenado durante el año estas fechas para hacer calçotadas y me acabo de comprar una barbacoa...asi que imaginate que es lo proximo! Calçotada!
ahora ya no podrar escapar de probarla al menos una vez al año.Es lo que me pasa cuando la pruebas¡¡ Yo minimo 2 o 3 veces al año,es la ventaja de estar en el territorio
ResponderEliminarBss
Ya estás perdida Virginia, ahora cuando lleguen estas fechas querrás hacer calçotada sí o sí! Me alegro mucho que te gustara y la disfrutaras, además lo que dices es justo lo que representa, una reunión en buena compañía, como debe ser!
ResponderEliminarUn beso!
Entiendo que los catalanes que están fuera añoren la calçotada por qué yo que no soy catalana ni tengo tradición me encanta, todo el ritual desde el principio a fin es maravilloso.
ResponderEliminarUn besito guapa
Me alegro infinitamente por ti, Vir!!! Yo aún no he podido degustarla, pero me llegará el momento!!!!
ResponderEliminarUn beso!
Oh Virginia,
ResponderEliminarcomo nos alegramos que te gustara la calçotada! La verdad es que a pesar de acabar todos ahumados, el olor a calçotada ya no lo olvidarás. Como te dijo Ivo, cuando paseas por el campo, y sobre todo en nuestra zona, sabes donde los están cociendo y esto produce un placer inolvidable. Desde luego, es una comida para compartirla entre amigos, y si además son de los buenos ni te digo. Ya iremos pensando de establecer un dia al año...
Un abrazo y muchas gracias por tus preciosas fotos,
Nani
Qué fotos tan bonitas. Gracias por compartir la experiencia... qué rico y lo mejor todo el ritual con buena compañia. Un abrazo, Clara.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con Nani, las fotos han quedado preciosas.. y recogen muy bien lo que significa todo este ritual que tanto nos gusta a los que somos de aquí y a los que vienen y los prueban. Hay que hacer al menos una cada invierno!
ResponderEliminarMe ha encantado el reportaje!!!
Bonita e ilustrativa entrada Virginia. Yo nunca he degustado los calçots y confío y deseo hacerlo en alguna oportunidad.
ResponderEliminarSaludos desde el Atlántico.
Pues yo no he probado nunca los calçots y tengo ganas, pero claro para eso tendría que ir en estas fechas a Cataluña... of course. A ver si sale algún día la oportunidad porque me atrae mucho.
ResponderEliminarBesos
Ains Virginia que envidia mas sanota me ha entrado al leer tu entrada y ver esas maravillosas fotos hace 24 años que los comi en casa de mis tios y me encantaron es una pena que aqui no se siembren por que estan de vicio.
ResponderEliminarSin duda fue un dia para recordar que buena anfitriona tuviste no falto detalle.
Bicos mil wapa.
Qué envidia!! jamás he probado una verdadera!!, yo los hago en el horno y me parecen excelentes, por lo que hechos con sus brasas de sarmiento, en ese maravilloso ambiente, tienen q ser la bomba!!. o al menos tu descripción, tus fotos así lo revelan, gracias Virginia, bsss
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