Nada de eso, simplemente me apetecía preparar, y por supuesto comer, Orejas de Carnaval, y que narices¡¡¡¡, siempre no vamos a vivir al dictado de los calendarios preparados por otros, en este caso en función de las festividades religiosas.
Como os digo, desde hace mucho tiempo me apetecía preparar Orejas de Carnaval, porque si os soy sincera nunca las había comido antes. Y este año era el señalado para esta receta, pero mi horno por desgracia es difícil que se encienda mas allá de los fines de semana, y si estos son un poco ajetreados como los últimos, resulta del todo imposible preparar todo lo que una quiere (que es mucho todo hay que decirlo). Así que nuevamente estas Orejas se caían de las recetas carnavaleras del 2013, si no le ponía remedio.
Y ni corta ni perezosa, eso es lo que he hecho. Como no estaba dispuesta a estar otro año mas sin probarlas, me he decidido este fin de semana a prepararlas. Y os tengo que decir, que no solo me han gustado, me han entusiasmado. Señores lo digo bien alto, donde estén las "Orellas", que se quiten hasta los churros, y por supuesto las flores, que vistosas son un rato largo, pero para mi gusto sosonas tambien. Como las "Orellas" nada.
En casa han triunfado. El principal problema, la fritura y sus consecuencias en la dieta. Pero como no vamos a estar preparando Orejas todos los días, como decía aquel, "una vez al año no hacen daño". Y si además lo acompañamos de un poco de ejercicio en forma de running, pues los remordimientos de conciencia solventados en una horita.
Pero vamos a dejarnos de charleta, y vamos con la receta que es lo que aquí importa al personal.
Aunque en cuestión de "Orellas", recetas hay tantas como casas en las que se preparan, y "cada maestrillo tiene su librillo", lo cierto es que el secreto básico de unas buenas Orejas, está en la masa, no tanto en sus ingredientes, como en un reposo de al menos una hora, y en un estirado de la masa muy, muy fino (gramado creo que dicen los gallegos), que las convierten en un pecado crujiente y lleno de sabor. En mi caso gracias al Anís y la ralladura de naranja.
A los que no os gusta el anís, como ocurre en casa, no os preocupéis porque en esta receta no se nota. El anís junto con la ralladura le conceden un sabor aromático, pero estupendo, ni se percibe el anís, ni se percibe la naranja, sino que los dos se unen para regalarnos un sabor distinto a todo lo que había probado hasta ahora. Fuera, vainilla, fuera cítricos, y bien venidos estos aromatizantes.
Así que sin mas vamos con la receta, que es de lo mas sencillita.
INGREDIENTES: (Para 4 raciones- 12 orejas)
· 1 huevo pequeño.
· 25 ml de anís
· 250 gr de Harina de repostería.
· 2,5 gr. de sal.
· 50 gr. de mantequilla derretida (Podéis utilizar manteca o una mezcla de ambas)
· 60 gr. de azúcar glass.
· Ralladura de 1/2 naranja grande.
· 100 ml de agua templada.
· Aceite de Oliva suave para freír.
· Corteza de limón para freír.
· Azúcar para espolvorear.
PREPARACIÓN:
Primero rallamos la naranja sobre el azúcar glass y con la yema de los dedos impregnamos el azúcar de los aceites del cítrico. Reservamos.
En un bowl grande mezclamos el agua, la mantequilla derretida pero no caliente, el huevo, el anís y la sal. Batimos bien con ayuda de un batidor de globo. Añadimos el azúcar y volvemos a mezclar hasta que la mezcla no tenga grumos.
Ahora a esta mezcla vamos añadiendo la harina poco a poco, mezclando primero con el batidor y cuando ya resulte imposible con las manos.
Amasamos el conjunto hasta obtener una masa homogénea. Es una masa hidratada que tiende a pegarse a las manos, pero es suave y agradable de manejar.
Cubrimos con film y dejamos reposar a temperatura ambiente 1 hora. En mi caso, por cuestiones de trabajo, la introduje en la nevera y la dejé reposando 3-4 horas.
Como os he dicho antes, este paso es fundamental para que la masa se relaje y luego nos sea mas fácil estirar las orejas bien finitas. No os lo saltéis o os acordaréis de mi y de toda mi familia luego. El que avisa no es traidor.
Cuando la masa esté reposada, (si la hemos dejado en el frigo, deberemos esperar una ratito hasta que se atempere), vamos retirando porciones de masa del tamaño de una nuez y con ayuda del rodillo las estiramos bien finitas, casi transparentes, para que luego al freírlas estén bien crujientes con el calor se ahuquen.
Si se os pega la masa al rodillo o a la mesa, ni se os ocurra darle a la harina. En todo caso os aceitáis las manos y la encimera. Si añadís mas harina las orejas no quedarán tan crujientes.
Preparamos una sartén grandecita con una buena cantidad de aceite y con dos cortezas de limón. Dejamos que el aceite se caliente y las cortezas se tuesten y las retiramos.
Vamos friendo las orejas, en tandas como mucho de 2.
Cuando las introducimos en el aceite con un palito, le hacemos el pliegue para que queden con forma de oreja.
Dejamos que se doren por un lado y damos la vuelta. Sacamos y llevamos a un plato provisto de papel absorbente. Ojo se doran rapidito, y se queman mas rápido, al ser tan delgadas, así que no os despisteis.
Servimos espolvoreadas de azúcar. Preferiblemente consumirlas en el día, pierden mucho para mi gusto con el tiempo.
Absolutamente deliciosas. Ay¡¡¡¡ lo que les debemos a los galleguiños.
Consejos:
- Esta masa no precisa de leudante para dejar crujientes y huecas las orejas, pero hay recetas que incorporan un poco.
- Si sutituis el agua por la leche las orejas os quedarán mas cremosas. En mi caso prefiero agua, pues me gustan bien crujientes.
- Podéis incorporar manteca de vaca (si tenéis la suerte de tener), manteca de cerdo o mantequilla.
- El aceite tiene que cubrir bien la sartén. Yo os aconsejos que si váis a hacer muchas, cambies el aceite cada 10 orejas, porque tiende a ennegrecerse y las deja feas de presentación.
- Si no tenéis ayudante, como fue mi caso, es preferible estirar todas las orejas y luego freirlas. Lo contrario se acaba convirtiendo en una locura para una persona sola.
VIRGINIA
Qué ricas, son una auténtica delicia. Las he probado auténticas posteriormente a hacerlas en casa, hechas por una gallega de aupa, y diferían un poco de las que probamos, pero las de casa también nos encantaron. ¿Sabes lo que nos dijo esta mujer?, nunca se fríen en aceite de oliva virgen porque al ser una masa muy fina adquiere mucho sabor a aceite. Incluso oliva suave mejor que girasol ¡bien hecho!.
ResponderEliminarTu a lo tuyo... qué te apetecen orejas, pues las preparas y listo!!!!.... a mi me pasa esto con las tostadas, que no me resigno a comerlas solo en una fecha.
ResponderEliminarNo las he probado nunca, pero si que es verdad que tienen una pinta!!! Las fotos preciosas.
Un abrazo, Begoña
Qué chulas las fotos y qué chulas las orejas! Si, como dices afecta a la dieta, pero si lo hcieramos cada sábado... pero una vez al año...todo está permitido..jejeje
ResponderEliminarYo me la apunto porque caen! Un beso y feliz semana!
Yo este año todavía no las he preparado pero...después de ver éstas me está entrando unas ganas tremendas de ponerme a ello!!!
ResponderEliminarTengo que probar con tu receta: las pitas son maravillosas!!
Un beso!
Dí que sí Virginia, yo sigo comiendo turrón hasta Agosto...jajaja. Maravillosas tus orejas, las de comer, las otras seguro que las tienes perfectas también, no me cabe duda. Y Ay la dichosa dieta, no me lo recuerdes, que yo quiero empezar ya con la operación "tanga" de cara al verano...jeje. Un beso corazón.
ResponderEliminarNo las he hecho ni las he comido, pero con lo que llevan me las imagino como deliciosas!!! feliz lunes guapi!
ResponderEliminareste año las queria hacer pero se me a pasado....que ricas que deben de estar! así crujientes y buenas! mmm...besos
ResponderEliminarque buenas.. y sí, les debemos mucho a los gallegos!
ResponderEliminarEsto nos pasa a todas, demasiadas cosas queremos hacer en un tiempo demasiado limitado :o)
ResponderEliminarPero ya veo que has conseguido sacar algo de tiempo para estas deliciosas orejas de carnaval, de niña mi abuela preparaba miles de ellas, y nosotros en la cocina cortando la masa de mini pinches.
Yo sola nunca he preparado, prefiero quedarme con el sabor de las suyas pero una de estas probaría con mucho gusto.
Besos y feliz finde,
Palmira
Buenisimas Virginia, pero me salta una duda. Hablas de azúcar glass pero entre los ingredientes no aparece. qué cantidad le pones?
ResponderEliminarTengo que probar esta receta, es un poco distinta a la mia pero tienen un aspecto perfecto.
un biquiño
Tienes toda la razón ¿por qué no vamos a preparara lo que queramos el día que queramos? A mí estas orejas me gustarían cualquier día del año, nunca las he hecho, las he probado en casa de una amiga que las hace, pero nunca las he hecho y eso que están buenísimas y son muy sencillas. BS
ResponderEliminarQue buenas Virginia, en el pueblo de mi madre se hacían para las bodas (y las flores también) y se regalaban a la gente del pueblo. Ahora hace siglos que no las como.
ResponderEliminarPor cierto, me encanta tu marca de agua con tu logo, me parece muy elegante.
Besos.
I.
Hola Virginia!!!
ResponderEliminarComo gallega que soy te puedo decir que te han quedado excepcionales y que coincido contigo en que cualquier día es bueno para hacer un dulce típico del calendario sin importar que no sea el momento, jejeje.
Un besito,
Sandra von Cake
Virginia, me alegra que hayas probado y hecho las orejas... en casa las hacemos todos los años y sí, siempre es un buen momento para tomarlas, sea cual sea la época del año... a mí me ocurre con las filloas, que las hago simplemente cuando me apetecen... y eso equivale a muchas veces! Te han quedado muuuy bien!
ResponderEliminarBesitos,
Marta ("Sweet & Home la Vida es Dulce")
No las he probado ni comido nunca.. pero tienen una pinta fantástica..haces bien eso de comer sólo una época del año es una memez.. je, je yo las torrijas las hago todo el año.. faltaría más!! Besitos!
ResponderEliminarNunca fiz mas gostaria muito de provar.
ResponderEliminarEssas ficaram lindas.
bjs
Se me hace la boca agua!!!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarQué fotografías tan preciosas, Virginia. Cada vez las haces mejor!!!
Un beso!
Te había soltado unos cuantos piropos pero justo en el momento de publicar perdí la conexión y el comentario voló. Ya me da rabia que tenía la sensación que había quedado resultón. Te decía que los voy a hacer y además para publciar que he visto un par de guiños en tu entrada que me apetece airear. Además de chiflarme las orejas claro, Y que eso que sean de carnaval no lo acepto. Deberían de ser monumento nacional y de deguste diario... y que me iba a la carrera que había visto que alguién llamaba a mi puerta, que acabo de publicar y una tronquita la mar de maja espera a que le abra la puerta:-P
ResponderEliminarBEsos
Deliciosas Virginia!!
ResponderEliminarMe han recordado un poco a los buñuelos, cuánto aprendo, no conocía ésta receta, sin duda te quedaron geniales y seguro que están deliciosas!!
Un beso y feliz semana
Siempre las hace mi madre,como buena gallega y como nos gustan.
ResponderEliminarLA primer foto me encanta Virginia.
Un beso
ummmmmmmmmm riquisimas¡¡¡ que crujientes te han quedado, estan perfectas, besos
ResponderEliminarY porque no comerlas durante todo el año?? con lo ricas que estan
ResponderEliminarBss
Yo hago lo mismo pero con los churros, los como una vez al año, me encantan pero no desayunaría cada día y con los años hemos encontrado pequeños bares donde los hacen muy ricos, así que pecar si peco y sin calendario, jeje
ResponderEliminarLas orejas, nunca las he probado de hacer. Mi padre hacía unas típicas de la Mancha llamada la receta; orejas de fraile, pero yo era muy pequeña y no me acuerdo muy bien y tampoco tengo la receta.
Así que como dice el dicho, a falta de pan buenas son tortas, y si nos dices que son más ricas que los churros, yo te creo, me llevo la receta a ver.
Besitos guapa
ja, ja, ja.... me ha encantado la entrada del post, ya era seguidora tuya pero ahora me he suscrito por mail para no perderme nada, tienes además unas fotos preciosas, he estado dando una vuelta por tu blog porque me había perdido algunas entradas y no puede ser ¡¡¡ un besazo guapa
ResponderEliminarAyer mismo enterramos a la sardina pero ahora empiezan los carnavales en el sur de la isla así que todavía estás a tiempo de seguir presentando esta deliciosa receta de carnaval.
ResponderEliminarUn besito desde Las Palmas y feliz semana.
seria un tremendo pecado solo probar esta delicia en carnavales y estoy contigo que se debe tomar cuando apetece¡¡
ResponderEliminarMe ha gustado la receta ,la elaboración y la fantastica puesta en escena incluidas las fotos,cuidas hasta el minimo detalle.
Todavia es una receta desconocida para mi y en casa gusta el anis asi que me la guardo en pendientes a ver si me da la vena por hacerla.
buena semana
beso
Me encantan este tipo de dulces fritos tan sencillos pero deliciosos, cuando mis hijos eran pequeños se los hacía muchas tardes para merendar. Ahora, con la manía de evitar los fritos hace muchísimo tiempo que no los como y al ver tu receta me están apeteciendo un montón.
ResponderEliminarUn besico.
Me parece perfecto que nos deleites ahora con esas orejas, la verdad es que son crujientes a no poder más. La pena es que empiezas por una y son tan livianas que no puedes parar de comer y eso para la linea no lo arregla ni una hora de running, ni dos...jajaja... pero bueno, ¡un día es un día! te han quedado divinas.
ResponderEliminarBesos
Por dios que peligro tiene ese plato!!! menos mal que seguro que llego tarde y ya no queda ninguno......jjjj.......ricos de verdad, la pena es que solo nos animemos a prepararlos en estas fechas (por lo menos en mi caso).........bss
ResponderEliminarpues a mi otro año más que se me ha pasado, pero mira, vamos a hacer una cosa: las voy a preparar en Semana Santa, mira tú, que me ha apetecido. Ya sabes, me quedo con tu receta y prometo probarla ;)
ResponderEliminarBesos. Paula
me encantan Virginia!
ResponderEliminarnosotros en casa las llamamos Orejuelas... y las devoramos con miel ^^
mi abuela siempre nos cuenta que andaba preparandolas cuando mi madre decidió nacer... y se le quedaron a medias!!
asi que, es un dulce que nos encanta!
un beso enorme!
y preciosas la fotos como siempre!
Menudo vicio!! Te quedaron genial.
ResponderEliminarBesos
Virginia, geniales estas "orelletes" que llamamos nosotros aquí. El libro, muy bueno.
ResponderEliminarFelicidades por lo de tu hija. He tomado nota del libro que me recomendaste.
Un abrazo muy fuerte,
Nani
Yo intento hacer las menos frituras posibles...pero claro una vez al año no hace daño no? :D bss
ResponderEliminarEsta receta seguro que entusiasmará a mis padres. Coo yo tengo que vigilar con la dieta voy aprovechar para cuando vaya a su casa y se la preparo. Apostaría a que les va a encantar. Besos.
ResponderEliminarHola, Virginia.
ResponderEliminarEva y yo queremos agradecer tus encantadoras palabras de hace un par de días. Chica, te lo lees todo!!!. Cuando la reforma esté acabada será un gusto grande poder enseñar la casa... y podremos dedicar más tiempo al blog. Ah!, por cierto, las fotos de esta entrada te han quedado estupendas. Gracias por seguirnos.
Con cariño desde Waterbridge.
-Andy-
Ay hija, que ritmo llevas, bien de entradas me he perdido!!!
ResponderEliminarEsta tampoco tiene desperdicio, que fotos más bonitas, me encantan, cada detalle es una preciosidad!! Enhorabuena!!
Tampoco llegas tan tarde, nuestra sardina se enterró el domingo, así que estas orejas vienen genial para la resaca de algunos, que yo este año no lo he vivido nada!!!
Besotes guapa!!
Nunca los he probado pero, como se suele decir, nunca es tarde si la dicha es buena. Y además se ven muy sencillos de hacer
ResponderEliminarTienen una pinta increible y con el anis y la ralladura de naranja seguro que debe ser pecado probarlas... Que ricas deben estar! Besos
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