Ha llegado la primavera y eso se nota en el ambiente. Los días son mas luminosos y largos, la naturaleza comienza a despertar de su letargo acompañada por un suave calor.
El color, los aromas, me acompañan cada paseo matutino con el que los fines de semana, con mayor frecuencia a partir de estas fechas, me permito obsequiarme. Bien de mañana, cuando aun casi no han puesto ni las calles en la ciudad, para disfrutar a solas, como si todo eso estuviera ahí para mi, me empapo con el olor intenso a mar bravo, el aroma a hierba cortada y de las flores, y sobre todo me empapo del silencio que lo inunda todo.
Y junto a la llegada de la primavera, me acompaña en estas fechas, como cada año desde hace ya unos cuantos por cierto, la celebración de mi cumpleaños, porque si, yo llegué aquí casi de la mano de la Primavera.
Este año para celebrarlo, entre otras cositas ricas hemos tenido de postre estos milhojas que hoy os traigo, gracias a Carmen y al reto de "Tía Alia". Este mes la propuesta dulce, como podéis comprobar, permitía ya de por si muchas licencias, ya que Tía Alia deja a nuestro gusto el relleno. Además, en contra de lo que suelo hacer con estas recetas, siendo fiel a cada paso e ingrediente, me he permitido no solo innovar un poco en la preparación del hojaldre. El resultado, una absoluta exquisitez os lo aseguro.
En casa los milhojas por excelencia han sido siempre los de mantequilla de la pastelería "Kai Alde"de Santurce, son impresionantes, con el punto justo de dulzor, un vicio. Así que no iba a tratar de sustituirlos o imitarlos, aunque todo se andará... En su lugar he preparado estos Milhojas de Almendras, rellenos de crema y nata, y con una compota balsámica de fresas al limoncello y un toque de tomillo limón, que son impresionantes, y han sido todo un acierto. En casa han triunfado de verdad.
Son delicados, en sabores y en textura. La crema pastelera que sirve para el relleno de la primera capa, es una crema suave y muy fina, como podéis apreciar en las imágenes, nada de mazacote, y la compota de fresas es absolutamente deliciosaaaaaa. El punto almendrado de los hojaldres y el chantilly hacen el resto.
Así que hechas las presentaciones vamos de lleno a la receta, que es además sencillita.
INGREDIENTES: (Para 6 Milhojas de 10 x 5 cm)
- 500 gr. de hojaldre casero o en su caso comercial (2 planchas).
- 125 gr. de almendras laminadas.
- 3 Cucharadas de Azúcar glacé.
Para la crema pastelera:
- 500 ml de leche entera.
- 4 yemas de huevo (6 yemas si queréis mas densa y cuajada).
- 120 gr. de azúcar.
- 40 gr. de Maizena (50 gr. si quieres mas densa).
- 1 vaina de vainilla (1 Tsp de extracto vainilla de calidad)
- La cáscara de medio limón (opcional).
- 50 gr. de mantequilla en dados (opcional).
Para la crema Chantilly:
- 250 ml de nata 35%.
- 2 Cucharadas de azúcar.
- Estabilizante de nata.
Para la Compota de Fresas Balsámicas al Limoncello con tomillo limón
- 400 gr. de fresas frescas partidas en cuartos.
- 2 cucharadas de Limoncello.
- 2 cucharadas de vinagre balsámico.
- 1 Cucharada de Azúcar molido.
- Unas ramitas de Tomillo limón fresco.
PREPARACIÓN:
Para ir adelantando la receta, os aconsejo preparar el día antes la crema pastelera.
En un cazo mediano depositamos toda la leche salvo un vaso que guardaremos entre tanto en el frigorífico. Abrimos la vainia de vainilla y raspamos sus semillas, introducimos ambos, las semillas y la vaina en el cazo, junto con la corteza de limón.
Llevamos a fuego medio y dejamos que alcance el hervor. Retiramos del fuego y cubrimos el cazo. Dejamos templar 30 minutos, mientras la leche se infusiona e impregna de los aromas.
En un vaso grande disolvemos la maizena en la leche fría que teníamos reservada.
En un bowl grande batimos las yemas con el azúcar, hasta que la mezcla esté espesa y espume.
Colamos la leche y retiramos la vaina de vainilla y las cortezas. Ojo la vainia se seca y se guarda para aromatizar el azúcar o para otro uso posterior.
Volvemos la leche a fuego medio-bajo e incorporamos la leche fría con la maizena disuelta. Esperamos a que casi retome el hervor y entonces moviendo constantemente la mezcla de huevos y azúcar, vamos vertiendo poco a poco la leche sobre esta mezcla.
Una vez hemos incorporado toda la leche, volcamos la mezcla sobre el cazo de nuevo, y a fuego medio-bajo y removiendo constantemente lo tenemos unos 10-15 minutos, hasta que la mezcla haya espesado, convirtiéndose en una crema. Ojo remover sin despiste, pues la crema tiende a agarrase al fondo del cazo.
Retiramos del fuego y cuando se haya templado un poco añadimos la mantequilla en dados, removiendo constantemente hasta que se integre.
Para evitar que a la crema se salga película, cubrimos con papel film y al frigorífico toda al noche, una vez se entibie. Reservamos.
El día antes preparamos también la compota de fresas que es de lo mas sencilla, aunque de resultado delicioso e ideal para acompañar otras preparaciones.
En un cazo mediano pero altito, añadimos el limoncello, el vinagre balsámico, el azúcar y las fresas troceadas en cuartos. Ponemos a fuego fuerte hasta que rompa el hervor y después bajamos el fuego y mantenemos durante unos 8 minutos, no mas pues queremos que las fresas conserven gran parte de su forma. Cuando la fruta esté blandita retiramos del fuego y añadimos, al gusto, unas hojas de tomillo limón.
Cuando este tibia llevamos a un recipiente de cristal y reservamos en el frigorífico hasta el día siguiente. Se conserva bien en frío 3-4 días.
Al día siguiente preparamos las planchas de hojaldre, que podéis haberlo preparado casero, como vimos aquí, o utilizar el hojaldre comercial. Indudablemente el casero es infinitamente mas sabroso, pero también lleva su tiempo. En esta ocasión y como últimamente voy de cráneo con el tiempo, opté por el hojaldre comercial.
Si como yo haceis uso del hojaldre comercial, os recomiendo que adquiráis planchas rectangulares y no las redondas, las vais a aprovechar mucho mejor, al tratarse de pastelitos rectangularse.
Si el hojaldre lo hemos preparado en casa, lo estiramos de un grosor de unos 3-4 mm, en una plancha de 20 x 25 cm, sobre papel de horno. Si es comercial, necesitaremos 2 planchas que extenderemos con cuidado.
Espolvoreamos la mitad de las almendras sobre cada plancha, presionando las almendras ligeramente con las manos para que se adhieran y acto seguido rociamos con la mitad del azucar glass sobre ellas. Colocamos encima un papel de horno y sobre este una bandeja de tamaño similar y llevamos al frigorífico durante 30 minutos. Repetimos la ooperación con la otra plancha de hojaldre.
En este tiempo precalentamos el horno a 200ºC, calor arriba y abajo.
Introducimos las planchas de hojaldre en el horno y 20 minutos, momento en el cual lo extraemos y comprobamos si el hojaldre está tostadito, pues ya sabéis que cada horno es un mundo. Si como en mi caso aun le falta un poco, llevamos otros 5 minutos mas.
Con un cuchillo bien afilado o con una rueda de cortar pizzas, y en caliente sobre un trapo, vamos cortando rectángulos de hojaldre de 10 x 5 cm. Recordad que para cada pastelito necesitaremos 3.
Llevamos nuestros rectángulos con sumo cuidado, preferiblemente con ayuda de una espátula sobre una rejilla enfriadora hasta que estén totalmente fríos.
Preparamos el chantilly montando la nata muy fría. Cuando esté a medio montar vamos añadiendo el azúcar mezclado con el estabilizante con el motor en marcha. Cuando la nata esté firme dejamos de batir, pues si nos pasamos puede separarse el suero y acabar convirtiéndose en mantequilla.
Llevamos a una manga pastelera provista de una boquilla estriada y a la nevera hasta el momento del montaje.
Poca antes de servir los pastelitos, realizamos el montaje, que es muy sencillo. Colocamos una plancha de hojaldre en el plato de servir, y añadimos unas cucharaditas de crema pastelera cuidando de que no sobresalga, pues al depositar la plancha superior presionará y entonces, si la crema es tan ligera como la mía rebosará. Cojemos otra plancha de hojaldre y la cubrimos con el chantilly. Sobre el chantilly colocamos un poco de compota de fresas y un poco de su jugo. Llevamos la plancha con el chantilly y las fresas, sobre la plancha con la crema pastelera. Coronamos el pastel con otra plancha. Espolvoreamos con abundante azúcar glass.
Servimos en platos individuales acompañado de un recipiente con la compota de fresas para servirse a discrección, en incluso otro recipiente con mas crema pastelera. Lujurioso.
En cada mordisco, las hojas del hojaldre y las almendras se quiebran en mil pedazos y se mezclan con la crema suave y el chantilly cubierto con la compota de fresas balsámica aromatizada. Un placer adulto.
Consejos:
- Estos pastelitos los hemos presentado a modo de postre, de forma que la crema pastelera tan floja no es inconveniente, si los queréis presentar a modo de pastel, deberéis incorporar una yema mas a la crema pastelera y cocerla algo mas de tiempo, hasta que esté mas espesa.
- He optado en este caso por incorporar cascara de limón a la crema pastelera, ya que las compota de fresas de este postre tambien tiene un punto alimonado y casa a la perfección, pero podéis prescindir de ella.
- La incorporación de mantequilla a la crema pastelera no es necesaria, pero le da mas suavidad y cremosidad.
- Para la compota de fresas es preferible utilizar fresas frescas, pues queremos que conserven su forma y las congeladas se deshacen demasiado.
- Estos pastelitos es preferible comerlos en el día, no porque al día siguiente se pongan malos, sino porque tanto la crema como el chantilly empapan el hojaldre y no lo encontraremos tan crujiente. Aunque la capa de almendras y azúcar glass lo previenen bastante de la humedad.
VIRGINIA