El fin de semana pasado tuve la suerte de poder disfrutar de unos ya tibios rayos de sol en el jardín, mientras mi hija y yo nos afanábamos por desgranar estas alubias frescas. Un lujo, el sol calentando la piel, la buena compañía y en definitiva las cosas sencillas. Estas pequeñas cosas son las que arreglan un mal día.
Y entre esas pequeñas cosas, por qué no, estas alubias frescas, un regalo de la huerta del final del verano, para un plato de cuchara de siempre.
Es cierto que durante todo el año tenemos los invernaderos, pero ese sabor del tomate, del pimiento, de las vainas, de esas lechugas pomposas con hojas quizás algo mas gruesas, ese sabor cultivado a base de sol y agua, ese tipo de huerta se va acabando. Al menos, en lo que por aquí, en el Norte respecta.
Sin embargo, como os digo, aun nos quedan algunas alegrías, como estas pochas, o alubias blancas frescas, que son pura delicia, pura mantequilla. No en vano, las pochas son consideradas por los gurús de la gastronomía, no solo como un plato de comida tradicional, sino como un producto de excelencia en sus cartas.
La pena, que su temporada dura poco, el tiempo en que las plantas de vainas (judías verdes) dan sus últimos coletazos y los baserritarras las dejan envejecer en la mata hasta obtener este regalo.
La pena, que su temporada dura poco, el tiempo en que las plantas de vainas (judías verdes) dan sus últimos coletazos y los baserritarras las dejan envejecer en la mata hasta obtener este regalo.
La mejor forma de comer las pochas es "viudas", es decir guisadas solo con verduras, sin nada que las acompañe, para paladear su sabor y detenerse en la explosión de cada grano en la boca. Pero también se las suele acompañar de almejas, o de codornices, además del consabido "chorizo y morcilla".
Hoy gracias a ellas, os traigo una receta de lo mas sana, unas legumbres limpias, con unas almejas. Un plato de cuchareo clásico, de 10 en todos los sentidos. De esos que desgraciadamente faltan en la mesa cada vez mas a menudo. La falta de tiempo, el cansancio....nos llevan cada vez con mas asiduidad, a tirar de la poco sana, comida rápida o comida preparada.
Pero hoy no hay sitio para la comida rápida. Hoy comemos sano.
Para este plato, las alubias se cocinan primero con su verdurita y luego se incorporan las almejas que hemos preparado a la marinera. Se mezclan, se les da un pequeño hervorcito para que todos los sabores se liguen bien, y cuchara en mano a disfrutar. Sencillo y sano.
Para este plato, las alubias se cocinan primero con su verdurita y luego se incorporan las almejas que hemos preparado a la marinera. Se mezclan, se les da un pequeño hervorcito para que todos los sabores se liguen bien, y cuchara en mano a disfrutar. Sencillo y sano.
Tan solo tener la precaución de cocinar las alubias a fuego muy lento, con un hervor pausado y suave, para que todas se cocinen por igual, y no se revienten los granos de la alubia, de forma que podamos disfrutar de su mantecosidad en la boca.
Por lo demás un plato tradicional y sencillo pero completo, lleno de fibra, proteina vegetal y sin grasa. En definitiva salud y gula en el plato a partes iguales.
Vamos pues con la receta.
INGREDIENTES:
- 800 gr. de alubias frescas desgranadas.
- 1 tomate maduro.
- 1 pimiento verde limpio y despepitado.
- 1 cebolleta grande partida en 2.
- 2 cucharadas de aceite de oliva.
- 1 pizca de sal.
- 700 gr. de almejas.
- 1 cucharada de aceite.
- 1 diente de ajo picado muy fino.
- 1/2 vaso de vino blanco.
- 1 vaso de agua.
- Perejil picado en abundancia.
PREPARACIÓN:
Este plato como os he avanzado, se prepara en 2 tandas, primero las alubias viudas, y a parte las almejas a la marinera. Finalmente se une todo.
Para preparar las pochas viudas, las desgranamos y las limpiamos bien, retirándole todas las impurezas.
En una cazuela amplia, yo uso mi cocotte por la buena conservación que hace del calor, ponemos las alubias frescas, el tomate y el pimiento entero, la cebolleta partida en 2, y cubrimos 2 dedos por encima de agua.
Echamos una pizca de sal y el aceite. Tapamos el recipiente.
Ponemos a fuego muy suave, de forma que desde que las ponemos a fuego, hasta que aparece el primer hervor transcurran al menos 30 minutos. Esto hará que las alubias se cuezan todas por igual y los granos no exploten durante la cocción.
Cuando comience el primer hervor, dejamos en un hervor pausado al menos otros 30 minutos, hasta que veamos que están cocinadas.
Durante este tiempo iremos desespumando y retirando las impurezas. Ya no utilizaremos ninguna cuchara para revolver el guiso. Agarramos el asa de la cazuela, y a menearlo con cuidadín, que las alubias son muy delicadas y se pueden romper.
Cuando las alubias estén tiernas, retiramos las verduras con algo de caldo y alguna que otra alubia. Trituramos e incorporamos el puré a la cazuela, con ayuda de un colador.
Dejamos cocinar suavemente otros 10 minutos para que el caldo ligue y se espese.
Preparamos entonces las almejas.
Ponemos una sartén al fuego con el aceite y los ajos, dejamos que cojan color ligeramente.
Vertemos ahora el vino y el agua, y dejamos un par de minutos que el alcohol se evapore. Añadimos entonces la almejas y cubrimos.
Según se van abriendo las vamos retirando de la sartén para que no se nos acorchen.
Dejamos el caldo reducir unos 5-10 minutos.
Cuando haya reducido vertemos en la olla caliente de las alubias "viudas", y dejamos unos 5 minutos para que se fusionen los sabores.
Vertemos entonces la almejas con mucho cuidado de no romper las alubias. Espolvoreamos con abundante perejil picado.
Servimos caliente acompañado de un buen txakoli. Y a disfrutar de la mantecosidad de estas alubias, con el regusto a mar que regalan las almejas.
Un plato único, para deleitarse con cada cucharada.
Consejos:
- Una vez las alubias estén cocinadas, no conviene moverlas con una cuchara sino moviendo la cazuela.
- Las alubias están mejor de un día para otro, dando tiempo al caldo a que asiente.
VIRGINIA